El sustrato es básicamente la sustancia, base o materia que sirve de apoyo o sostén a un determinado organismo. Este puede ser animal, vegetal o protista, y en el este organismo vivirá el resto de su vida. Existen los sustratos naturales que encontramos en la naturaleza, los sustratos que compramos en las casas de jardinería y viveros y los sustratos caseros, que los podemos hacer en nuestro hogar de forma sencilla. Los sustratos ayudan y le dan a las plantas protección, fijación, nutrición, reserva de agua y otros beneficios. Uno de los más conocidos sustratos caseros es el musgo del bosque. Lo podemos encontrar generalmente en las piedras de jardín y tiene muchos beneficios, mantiene la humedad y es un excelente bactericida y fungicida. Otro de los sustratos caseros que podemos usar es la corteza de pino. Este tiene muchos minerales muy beneficiosos y a medida que envejece tiene la capacidad de retener más agua. Otro de los sustratos que podemos usar es el corcho.
Este es liviano, poroso, no retiene mucha humedad y es casi inerte. Otro de los sustratos caseros es el carbón vegetal, este es muy bueno por sus propiedades fungicidas y no retiene el agua. La piedra de rio también es buena como sustrato, es buena para un mejor drenaje ya que no retiene humedad y se puede mezclar con el corcho. Otro de los sustratos caseros es la cascararilla o cascara de los frutos secos, o sea de de almendras, nueces, cacahuates, avellanas, etc. Las debemos machacar y se colocan en la maceta o tierra directamente, son muy durables y porosos, por lo que facilita el drenaje y el sustrato dura más. El porexpán es fácil de disolver manualmente, es excelente para el drenaje y para airear y da calor a las raíces. Te recomendamos que no lo pongas en la superficie porque flotaran o se volaran. También tenemos como sustratos caseros a los más conocidos como virutas de madera, tierra de hoja, arena de rio, estiércol de ovejas y caballos, etc.