Probablemente las orquídeas sean de las flores más bellas y exóticas de todo el mundo, con formas muy raras y colores vivos. Las orquídeas se dividen en tres grandes grupos las orquídeas terrestres, las orquídeas semi terrestres y las orquídeas epífitas. Estas últimas son las más curiosas y llamativas de todas ya que crecen en las ramas y cortezas de los arboles, aunque también en las rocas, ayudándose con sus raíces que se llaman aéreas. Las orquídeas epífitas no necesitan de un suelo como la mayoría de las plantas para crecer, están especialmente adaptadas a este entorno, y es justamente esto las que las vuelve tan especiales. Estas son muy comunes en las selvas tropicales, y al no necesitar extender sus raíces por el suelo y subsuelo las usan como soporte para crecer sobre la corteza y ramas de los arboles. Estas tienen una ventaja con respecto a otras plantas y es que en la selva pueden alcanzar mejor los rayos del sol, algo imprescindible para hacer la fotosíntesis.
A diferencia de otras especies de plantas las orquídeas epífitas no son plantas parasitas, ya que no se alimentan del árbol huésped. Estas se alimentan o sacan la humedad del musgo y los helechos cercanos, y solo usan al árbol como soporte o medio. Otra de las particularidades de las orquídeas epífitas es que almacenan el agua y algunos minerales en su centro, que está dispuesto como una roseta. De esta manera pueden pasar mucho tiempo sin agua, al igual que lo hacen las bromelias. Otras de las habilidades de las orquídeas epífitas es que pueden absorber el nitrógeno producido por los desechos de los insectos que se alojan y habitan entre sus cavidades. Si decides tener en tu hogar alguna de las tantos tipos de orquídeas epífitas te aconsejamos que te asesores y leas todo lo que puedas sobre sus cuidados y mantenimientos. De esta manera tendrás una planta que además de ser muy hermosa durara muchos años.