Cuando tenemos un parque, un patio grande o un jardín por lo general en el verano queremos colocar una pileta inflable o desarmable para combatir el calor y aprovechar este espacio verde. Pero si no tenemos esta posibilidad podemos recurrir a las duchas para jardín. Estas básicamente sirven para refrescarse y bajar nuestra temperatura corporal cuando no tenemos piscina. De estas duchas existen muchísimos modelos y diseños, tanto fijas como portátiles. Históricamente las duchas para jardín eran un caño con un rociador por encima, pero los diseños modernos y la tecnología han hecho que estas sean más completas y versátiles. De hecho hay modelos de estas duchas que poseen un rociador de mano, dos regaderas o rociadores. Uno de los modelos más modernos de duchas para jardín es uno que actúa por un sistema de presión, o sea que no necesitamos grifo, con solo pararnos encima de ella el agua saldrá automáticamente.
De hecho hay una versión mejorada de este modelo que el agua no sale por encima sino por debajo, toda una innovación. Pero no solo las duchas para jardín las usan los que no tienen albercas o piletas en su hogar, también se usan para los que tienen piscina en la casa. Como todos sabemos a las piscinas para cuidarlas se le agregan muchos químicos que impiden que se pudra el agua y se mantengan cristalinas. El cloro es muy invasivo y para no tener olor a este luego de un chapuzón podemos usar las duchas para jardín para quitarnos el excedente. Incluso las puedes usar antes para limpiarte la transpiración y no ensuciar la piscina. Estas duchas pueden conectarse a la red de agua de la casa como las del baño o directamente estar conectadas a una manguera. Las duchas para jardín tienen un rango de precios muy amplio, hay algunos modelos que valen unos pocos dólares y otras más complejas que salen más de U$ 400.