Los árboles de ciruela o ciruelo como es también conocido pertenece a la familia de las rosáceas, al igual que el manzanero. Se cree que su origen se remonta a la zona de Persia y el Cáucaso. Este es un árbol de tamaño medio con una altura máxima que puede llegar a los seis metros de altura. La corteza de estos árboles es de color pardo azulada de tono brillante, sus ramas son pequeñas, delgadas y crecen de forma alternada. Las raíces de los árboles de ciruela son poco profundas, fuertes, largas y poco ramificadas, que producen vástagos con frecuencia. Sus hojas son aserradas, de colores verdes y oblongas. En cambio sus flores poseen cinco pétalos, que crecen en ramos cortos en el primer año.
Son de color blanco, con pedúnculos cortos y solitarias. El fruto de los árboles de ciruela es de forma oval o redonda que está cubierta por una especie de cera blanquecina de color roja, amarillo o violáceo. Dentro del fruto se encuentra el hueso, que al igual que el durazno dentro de este se encuentra la semilla. Los árboles de ciruela necesitan de ciertos requerimientos para su cultivo. El ciruelo es un árbol frutal rústico que es muy sencillo de cultivar. Resiste bien los climas fríos y sus flores también. Los árboles de ciruela prefieren los climas templados aunque como dijimos resiste las bajas temperaturas muy bien. Por otro lado sufre y mucho la falta de agua y sus ramas son muy sensibles a los vientos fuertes.