A este árbol con frutos se lo llama de diferentes maneras, su nombre científico es Prunus Pérsica. Por ejemplo en España y en algunos países hispanoamericanos como Paraguay, Chile, Bolivia, Uruguay, México, etc., se lo llama melocotonero, aunque también se lo conoce también como duraznero en países como Argentina, Chile y Perú. Según se conoce no tiene un solo país de donde es originario, por los menos son tres Afganistán, China e Irán. Fue llevado a Europa por los romanos y lo llamaron Prunus Pérsica, ya que pensaron que su origen era del país Persa. Los árboles de durazno de adultos pueden llegar a medir entre seis y ocho metros de altura. Los productores y agricultores dicen que no es un árbol fácil de cultivar, ya que si plantamos sus semillas pasaran por lo menos 5 años antes de que nos den un fruto.
Generalmente se hace por acodo aéreo, para acelerar los tiempos de crecimiento. Los árboles de durazno poseen un fruto sumamente delicioso llamado melocotón, piesco o durazno. Este en su interior tiene solo una semilla encerrada en una dura cáscara, llamada comúnmente hueso. La cáscara es normalmente aterciopelada, el interior es blanquecino o amarillo de aroma delicado y sabor dulce. Si decidimos plantar árboles de durazno debemos decir que estos prefieren climas fluctuantes. En los veranos necesitan de sol y calor y el frío de los inviernos. Existen casi 300 variedades de duraznos, por lo que si decidimos plantarlos es recomendable que estén separados uno del otro no menos de cuatro metros de distancia.