Lógicamente, el riego es parte fundamental del desarrollo de las plantas por eso es importante que sepas cómo y cuándo hacerlos, ya que hay diferentes detalles a tener en cuenta. Por ejemplo, la presión del agua. Hay muchas personas que usan mangueras a presión y esto no es para nada recomendable, especialmente para las plantas y flores de suelo, ya que la presión puede lastimar considerablemente a la planta. Lo ideal es con un chorro de regadera, y manteniéndolo a unos 15 centímetros de la planta, especialmente con las flores y las que están en macetas. En el caso de las hojas, puedes usar un pulverizador o rociador para humedecerlas, aunque en las flores, no es muy recomendable regar sus pétalos.
Con respecto al momento del día para regar, aquí también hay que tener en cuenta algunos detalles. Por ejemplo, las diferentes especies tienen distintas necesidades de agua; la mayoría de las especies necesitan ser regadas día por medio o todos los días, pero hay muchas que retienen mucho mejor el agua. Lo ideal sería que te informes al respecto de las necesidades de cada especie y ten en cuenta que siempre es mejor regar de menos que de más, ya que si te pasas con los riegos, la planta ya no tiene vuelta atrás.