La Saintpaulia ionantha o violeta de Usambara o violeta africana es una de las plantas más bellas que podemos tener en nuestro jardín, por ello es que aquí te diremos cómo cuidar la violeta africana. Esta hermosa planta tiene la fama de ser exigente y muy difícil de mantener y cuidar, pero te aseguramos que es todo lo opuesto. Con simples cuidados y mantenimiento podremos tener una planta sana, fuerte y colorida todo el año. Para cuidar la violeta africana es muy importante la luz y la cantidad de esta, por lo que lo mejor es colocarlas cerca de una ventana. Les gusta la luz aunque sea por un par de horas al día, lo mejor es que reciban el sol de la mañana. Esto es por supuesto para las violetas africanas de interior, para las de exterior debes colocarlas en un sitio que tengan una temperatura constante y que reciban mucha luz, sol por un par de horas y sombra. Otra manera de cuidar la violeta africana es la importancia que tiene en esta planta un riego controlado. Lo más recomendable es que uses agua destilada, agua de lluvia o dejes reposar al sol un par de horas el agua de riego para que se evaporen las impurezas.
Esto se debe a que esta bella planta es muy sensible a los químicos que se encuentran en el agua corriente, como el cloro por ejemplo. Debes regar a tus violetas africanas cada vez que la tierra este seca, cuando la riegues trata de no mojar sus hojas, solo la tierra. Si a esta planta le cae una gota de agua en una de sus hojas debemos secarla rápidamente ya que aparecerán puntos negros en ella si no lo hacemos. Para cuidar la violeta africana también debemos estar pendientes de la temperatura que necesitan. Esta hermosa flor no tolera el frío extremo ni el calor extremo, por lo que lo más indicado es que las coloquemos en un sitio en el que podamos regular su temperatura. No toleran temperaturas inferiores a los doce grados centígrados. El sol no debe darles directamente a estas plantas, por lo que tenerlas en el interior del hogar es una excelente idea. Existen muchos colores de las violetas africanas, azules, blancas, violetas, rosas y rojas, y se destacan por sus hojas aterciopeladas y porque florecen todo el año. Otra manera de cuidar la violeta africana es fertilizándola o abonándola, lo puedes hacer una vez al mes o cada tres semanas en primavera y verano. La limpieza de sus hojas debe hacerse cada quince días y con un pincel seco.