Siempre que nosotros queramos cultivar orquídeas es vital que sepamos cómo viven ellas en su hábitat natural, para que podramos imitarlo en todos sus detalles. Para lograr con éxito cultivar orquídeas debemos prestar atención a determinados factores tales como la ventilación, el trasplante, el abono, el mantillo o sustrato, el riego, la fijación y la iluminación. En cuanto a la ventilación te decimos que las orquídeas necesitan de mucho aire, esto además reduce muchísimo las enfermedades. Lo más aconsejable es que las coloques en un ambiente con cierta humedad y aire fresco. En cuanto al riego te contamos que para cultivar orquídeas este es un tema crucial, ya que por cada especie de estas el riego será diferente. Además debemos tener en cuenta el sitio donde están colocadas, si es frio, caluroso, templado, etc. Ten en cuenta que tú planta puede morir más fácilmente por exceso de riego que por falta de este. El abono es otro de los factores que tenemos que tener en cuenta a la hora de cultivar orquídeas. Lo más recomendable es que no le coloques ningún tipo de abono, y si lo haces debe ser orgánico y muy poco.
Un consejo que podemos darte es que en las épocas de lluvia y mucha humedad le coloques un fungicida para prevenir posibles ataques de hongos. La iluminación es otro de los puntos importantes cuando queremos cultivar orquídeas y existe un método para saber la cantidad de luz que ellas necesitan. Si sus hojas son carnosas y duras necesitan más luz y si sus hojas son anchas, blandas y finas es que necesitan más sombra. El medio de fijación también es clave a la hora de cultivar orquídeas ya que ellas necesitan un apoyo o sostén para que les suministre nutrientes y agua sin dañar a sus raíces. La mayoría de estas plantas se cultiva en macetas y muy pocas en cestas colgantes o troncos. Dependiendo de la especie elegiremos la fijación más adecuada. El mantillo o sustrato también es importante a la hora de cultivar orquídeas, y nuevamente, dependiendo de la especie si son epifitas o terrestres este será distinto. El trasplante es otro de los puntos a tener en cuenta si queremos cultivar orquídeas. En promedio cada tres años deberemos trasplantarlas, y el mejor momento es cuando empiezan a brotar sus raíces y reanudan el periodo vegetativo.