Una de las características más importantes en el suelo del jardín es el drenaje, ya que este impide que le agua se encharque y ahogue a las plantas. Por lo general, esto es algo muy común que sucede en suelos de tipo arcilloso en donde la tierra se compacta mucho y esto impide que el agua se riego fluya; de esta manera las raíces terminan podridas. De todos modos cabe destacar que no siempre el drenaje del suelo arcilloso es malo, pero es importante que revises las zonas bajas que es donde más se acumula el agua.
Como todo en la jardinería, hay algunas maneras de mejorar el drenaje del suelo; por ejemplo, la más común es instalar tubos especiales de drenaje para evitar los charcos. También puedes optar por realizar pendientes en diferentes partes del terreno para así darle movilidad al agua y por supuesto, aportar arena o materia orgánica es siempre una buena opción ya que esto ayuda a crear poros en el suelo y que se airee mejor. Por último, en el caso de que el drenaje del suelo en tu jardín sea malo, inclínate también por elegir especies que sean resistentes al encharcamiento.