Sin dudas que las orquídeas son de las plantas más bellas y fascinantes del planeta, existen miles de especies diferentes de ellas en el mundo. Básicamente las orquídeas se dividen en tres grandes grupos, las orquídeas epifitas, las litofitas y las terrestres, cada una de ellas con características únicas y diferentes. Dentro de las terrestres nos encontramos con la orquídea abeja, que se la llama así porque su flores muy parecida a estos insectos. La orquídea abeja o apífera, como se la conoce comúnmente, es del continente europeo. Se la puede encontrar desde Escocia hasta el Mar Mediterráneo, donde está muy extendida. Esta crece en bosques de encinas, quejigos y pinos salgareños, negrales y carrascos y prefiere los sitios húmedos, y se la puede encontrar hasta en 1200 metros de altura.
Una de las características de la orquídea abeja y que difiere y mucho con las orquídeas tropicales es que pueden sobrevivir las heladas del invierno europeo. La orquídea abeja puede llegar a medir hasta 60 centímetros de altura, y sus flores son variables que pueden tener hasta nueve flores. Aunque debemos decirte que la principal característica de la orquídea abeja es su flor, ya que la forma y el color asemejan y muy bien a una abeja. Esto no es solo un capricho de la naturaleza, por el contrario, la forma de la flor es justamente para atraer otras abejas y que ellas puedan llevar el polen de una orquídea a otra. Logrando así poder polinizar a la mayor cantidad de orquídeas posibles. La flor de la orquídea abeja imita el abdomen de una abeja hembra de forma perfecta, atrayendo así a los machos.