La menta, es posiblemente una de las plantas aromáticas más elegidas para tener el jardín. La manera más sencilla de comenzar un cultivo es a través de esquejes a partir de otra planta de menta; esto te da la seguridad de que la que plantes, tendrá las mismas características que aquella en la cual te serviste los esquejes. De todas maneras también puedes plantar menta con semillas, y un detalle importante es que si vives en una zona cálida la mejor época para plantar menta es al final de verano, mientras en aquellas zonas más frías, la primavera es ideal. Si vas a plantar en maceta, asegúrate de que la misma sea ancha y profunda (al menos 20cm) y con un buen drenaje ya que la menta es una planta que crece horizontalmente pero si lo vas a hacer en el jardín, resérvale un espacio para cultivarla en solitario.
Abono, sol y riego son tres necesidades fundamentales para que la menta se desarrolle correctamente, no obstante en el caso del sol, no conviene abusar ya que el exceso del sol puede dañarla; lo ideal es una semi-sombra. Respecto al suelo, la humedad es muy importante por lo que el riego debe ser abundante, especialmente en primavera y verano que está en pleno crecimiento.