Es importante que cuando riegues tus plantas, el agua llegue hasta las raíces ya que básicamente es a partir de allí de donde se hidrata. Generalmente cuando el agua no alcanza las raíces empiezan a aparecer los problemas de salud del césped. El sistema más común para el riego del césped es mediante aspersores y justamente lo que debes tener en cuenta en este aspecto es que cuando se lleva a cabo durante la mañana, se puede producir lo que muchos llaman “efecto lupa” con las gotas que quedan sobre el césped, lo que provoca quemaduras por el reflejo del sol.
La manera más segura de lograr que el agua llegue a las raíces es regándolas de forma manual: debes preparar el césped con un rastrillo la superficie para que de esta manera el agua tenga más espacio para filtrarse hacia las raíces; esto es ideal espacialmente si el césped se encuentra muy compacto. Respecto a la cantidad de veces que se debe regar el césped depende de diferentes circunstancias que tienen mucho que ver con el ambiente y el clima. Si se trata de un clima seco y caluroso es importante que realices el riego por aspersores diariamente; mientras que en condiciones más húmedas, debes hacerlo con menos periodicidad, especialmente si es una zona muy lluviosa.