En el reino vegetal existen básicamente tres grupos o tipos de sustratos diferentes, los sustratos orgánicos, los sustratos inorgánicos y los sustratos sintéticos. Los sustratos orgánicos son desechos o remanentes de actividades industriales o agropecuarias, y en los últimos años se han usado mucho para la hidroponía. Los sustratos inorgánicos se consideran a aquellos que tengan más de 2 milímetros de diámetro. Y los sustratos sintéticos que son fabricados especialmente para este motivo. Dentro de estos existen muchos sub-grupos, como los tipos de sustratos a base de tierra, sustratos sin tierra o universales, sustratos ericáceo, sustratos a medida. Los sustratos a base de tierra generalmente se utilizan en los arbustos y árboles frutales. Estos conservan los nutrientes y la humedad por más tiempo pero son más densos y pesados que los otros. Dentro de los tipos de sustratos sin tierra te podemos decir que estos son los más versátiles de todos, ya que además de tener una buena retención de humedad, son más livianos y están aireados. Pero también los tendrás que regar con más frecuencia que los de tierra.
Los sustratos eritáceos están específicamente indicados para las plantas que no toleren la cal, como es el caso de los arándanos. Los sustratos a medida son especiales para las macetas, estos pueden retener en mayor o menor medida la humedad, dependiendo de lo que necesitemos. Los tipos de sustratos inorgánicos comprenden a la piedra pómez, la grava, el tezontle o roca volcánica, la arena de rio, la vermiculita, las arcillas expandidas y la lana de roca. Dentro de los tipos de sustratos orgánicos podemos nombrar al aserrín, la fibra de coco, las cascarillas de arroz y de café y el peat moss, entre otros. Dentro del grupo de los tipos de sustratos sintéticos podemos nombrar a los geles, las espumas sintéticas de polietileno, poliestireno, poliuretano y a la espuma fenólica. En cuanto a cómo elegir dentro de los diferentes tipos de sustratos el más adecuado para nosotros como consejo que podemos darte es que tengas en cuenta la disponibilidad o cantidad del producto, su precio y la retención de humedad.