Si somos neófitos en estas plantas, generalmente cuando las compramos notamos que el mantillo es muy raro y pensamos en un trasplante de orquídeas. Ya que por lo general vemos en el sustrato o mantillo trozos de madera, de poliestireno, carbón, musgo, gomaespuma, etc. Nada más equivocado, ya que es muy común en las orquídeas usar estos elementos como sustrato. Solo en determinados casos se hará el trasplante de orquídeas, y esto es cuando el sustrato o mantillo se está deteriorando o pudriendo, cuando la orquídea ha crecido demasiado, si hay exceso de raíces o si la planta está infestada de moho o parásitos. Lo más aconsejable para hacer el trasplante de orquídeas es cuando brotan las primeras raíces, al principio de estación y después de la floración. El trasplante de orquídeas se hace en tres etapas, primero la extracción, luego la limpieza de raíces y por último el trasplante. Antes de comenzar con este proceso de trasplante de orquídeas te aconsejamos que mojes la tierra, sustrato o mantillo.
Esto se hace para que las raíces se vuelvan más elásticas y no se rompan con facilidad. En la etapa de extracción es vital hacerlo con precaución y meticulosidad, para tratar de no dañar las raíces. Si por alguna razón estas están bloqueadas podemos golpear la maceta boca abajo. Y si tenemos una maceta de barro la podemos romper, ya que la cambiaremos por una más grande. El segundo paso en el trasplante de orquídeas es la limpieza de sus raíces. Debemos cortar todas las raíces que estén en mal estado o viejas, al igual que las hojas secas, y las tijeras que usemos las debemos desinfectar con alcohol. El tercer y último paso en el trasplante de orquídeas es justamente el trasplante de la planta a otro tiesto o maceta. Primero pondremos el sustrato, pero no todo, solo una parte. En caso de que lo necesite pondremos un tutor, y por último la planta. Debemos esperar por lo menos 30 días antes de fertilizar la orquídea trasplantada y unos 15 días antes de regarla nuevamente.