Cultivo de ajo
Vayamos al comienzo del origen del cultivo de ajo, antes de dedicarnos a hablar sobre ese tema en particular que es justamente: el cultivo de ajo. El cultivo de ajo propiamente dicho, se realiza desde unos 3.000 años a. C., ya en ese entonces se utilizaba en Egipto y la India. El cultivo de ajo, tiene su procedencia en Centro y sur de Asia, luego se divulgó y se extendió a la zona mediterránea y después siguió hasta el resto del mundo. Y a fines del siglo XV, el ajo fue introducido en América a través de los españoles.
El ajo es una planta vivaz, rústica y bulbosa. Su raíz es bulbosa y la componen de 6 a 12 bulbillos, (esos son los conocidos dientes de ajo), estos están unidos en una base gracias a una película delgada, eso es lo que forma la tan conocida como cabeza de ajo. Cada bulbillo o diente de ajo está envuelto por una membrana algo rojiza (a veces), transparente y finita; muy parecida a la que cubre todo el bulbo o la cabeza de ajo.
Las partes fibrosas nacen de la parte de arriba del bulbo, que son las que se meten en la tierra para alimentar y fijar la planta. Los tallos de la planta del ajo, son fuertes y de un crecimiento determinado si se trata de tallos rastreros, dándole a la planta un aspecto abierto. Y son de crecimiento indeterminado cuando son derechos, llegando a medir hasta 2 o 3 metros de alto. Según el marco de la plantación que tenga el cultivo de ajo, comúnmente se dejan de 2 a 4 tallos por cada planta, y podemos encontrar tallos secundarios que son los que salen de las axilas de las hojas. Las hojas de esta planta son largas, comprimidas, radicales y sin nervios. Por el centro de las hojas asoma un tallo que es hueco, lampiño y muy rollizo, crece desde 40 cm. hasta más de 55 cm. y termina con las flores. Las flores están sostenidas por brácteas (que significa, que es el órgano foliáceo cercano a las flores, y es diferente a las hojas que normalmente conocemos).
Su función es proteger a las flores o inflorescencias, las brácteas se abren longitudinalmente durante la floración, quedando y permaneciendo marchita debajo de las flores. Cada una de las flores tiene 6 pétalos blancos, 6 estambres y un pistilo. Algunas particularidades que tiene el cultivo de ajo, es que se debe tener presente, que nunca deben volver a plantarse plantas de ajo, luego de que en esa misma tierra, haya habido otro cultivo de ajo anteriormente. Lo mismo ocurre con las cebollas o cualquier otra especie que pertenezca a la familia Liliaceae. O sea, después de haber plantado ajo, cebollas o alguna especie de la familia nombrada, y luego de haberla cosechado, hay que dejar pasar un tiempo prudencial antes de volver a sembrar lo mismo. Otra cosa que no se puede hacer luego de haber recogido los cultivos de: alfalfa, guisantes, remolacha, habas, judías, espinacas o de haber quitado una viña o plantación de frutales, es un cultivo de ajo. Pero los cultivos que sí son adecuados para hacer luego del cultivo de ajo, son: la cebada, el trigo, la patata, la col, el pimiento, la colza y la lechuga.
¿Cómo preparar un cultivo de ajo?
Antes de comenzar con el cultivo de ajo, se debe hacer una preparación del terreno previamente. Más o menos alrededor de unos 6 meses antes, se debe realizar las tareas de dejar, mullido y esponjoso el terreno en profundidad. Eso se consigue haciendo un arado profundo de 30 a 35 cm., y luego de eso se sigue con 2 o 3 rastreadas cruzadas. En la primera tarea se deben enterrar los abonos orgánicos. En el cultivo de ajo, se hace la plantación de bulbillos, lo que se suele hacer en los meses de octubre o noviembre, pero en ocasiones se hacen plantaciones algo tarde, o sea, a fines de diciembre o principios de enero. Estas plantaciones se hacen en: platabandas o caballones.
Los caballones (son unos lomos de tierra que se levantan entre dos surcos. Y también quiere decir: lomo de tierra que se levanta para cualquier fin en el campo. Este sistema es el que más se usa, y más conveniente para el cultivo de ajo, en las zonas con problemas de provisión de agua. Estos caballones, se construyen con arados de azadones o de vertedera alta.
El ancho promedio de los surcos tienen que ser de 50 cm. y los bulbillos se colocan a unos 20 cm. entre sí, y a unos 20 o 25 cm. entre hileras. Según el tamaño del bulbillo, será la profundidad que se planten, pero comúnmente se los planta a 2 o 3 cm. y como mucho a 4 cm.
Las platabandas son porciones alargadas, sobre llano, que se usan para cultivar flores o algo más. Es una estructura que se hace para proteger a las plántulas del mucho sol y de la desecación. Este procedimiento es adecuado para hacer grandes cultivos, y para esos lugares en que existe sequía debido a las dificultades de riego. Esto se hace de 2 o 3 metros de ancho, y con una separación de 0,7 a 1 metro. El cultivo de ajo se hace en hoyos abiertos, pero se deja 30 cm. entre filas y de 20 a 25 cm. entre cada planta de una misma hilera. El cultivo de ajo tiene características morfológicas y cubre muy poco el terreno, eso hace que se desarrollen fácilmente las malas hierbas y la evaporación. Es muy importante conservar al cultivo de ajo bien limpio de las malas hierbas, a través de las escardas convenientes. Se hace la escarda en forma manual o se pueden aplicar algunos herbicidas.