Plantas frutales

En este párrafo en particular hablaremos sobre las plantas frutales, sus diferentes especies, características particulares y métodos de cultivo y mantenimiento. Continuando nuestro tema acerca de los diferentes tipos de plantas y especies en todo el mundo de la flora, en el caso de nuestro artículo de hoy estaremos hablando acerca de las plantas frutales. Un árbol frutal es como cualquier tipo de árbol que produce frutos, estos frutos pueden ser carnosos o pueden ser secos muchas veces, la estructura principal es el ovulo de la flor en donde podemos encontrar uno o más semillas. La mayoría de arboles que tienen flores, también producen frutos, las diferentes especies crecen de acuerdo a la zona y al clima de las regiones estos árboles a lo largo del tiempo fueron adaptándose a los cambios climáticos de las regiones. Dentro de esta especie hay varias tipos de plantas frutales, a lo largo de este articulo iremos viéndolos con sus respectivas características. Los árboles frutales se clasifican de distintas maneras de acuerdo a los frutos que los mismos producen.

Para que puedan entender mejor las distintas plantas frutales que hay, es de suma importancia tener el claro las partes en el cual está compuesto el fruto en sí. Por ejemplo el melocotón es un fruto carnoso del tipo drupa. Básicamente consiste en un fruto típicamente carnoso que posee una cubierta que es donde se encuentra la semilla. La capa que recubre a las semillas se la denomina pericarpo, esta misma suele estar rodeada por una capa que es exterior llamada exocarpo, que todos nosotros la conocemos de manera vulgar con el nombre de piel. Debajo de esta piel se encuentra el mesocarpo, o como comúnmente le decimos la carne del fruto, en el interior del mesocarpo nos encontramos con el endocarpio que comúnmente se lo conoce con el nombre de hueso. Y en el interior de este mismo están las semillas como dijimos anteriormente. Esta estructura que vimos puede variar según el tipo de fruto que tengamos, pero generalmente los frutos de las plantas frutales mantienen las características generales.

Un ejemplo es la manzana que también es un fruto carnoso de tipo pomo, el endocarpio no posee una estructura dura como en otros frutos sino más bien tienen una estructura coriácea, esto significa que la estructura que posee es más bien como un cuero o pergamino. Pero en el caso de las naranjas los frutos que esta planta brinda son hesperidios, y poseen una gran diferencia que entre el endocarpio y las semillas se encuentra la materia carnosa del fruto. Otros tipos de plantas frutales son los arboles con frutos tiernos que poseen un hueso en su interior. Científicamente se las conoce con el nombre de drupas, lo que significa que tiene una pulpa carnosa el fruto, pero las mismas tienen semillas encerradas como decíamos anteriormente por un hueso duro. Estos árboles frutales son conocidos por todos nosotros, nos referimos a los arboles cerezos, el melocotonero, olivo y albaricoquero.

Otras especies de plantas frutales

Después nos encontramos con los arboles de frutos secos, estos tipos de plantas frutales poseen sus frutos encerrados en una cascara, alguno de estos produce los frutos secos que botánicamente hablando se los conoce como nueces, también las avellanas, las castañas, bellotas entre otras más. Otro de las especies dentro de estas plantas son los arboles con frutos tiernos considerados exóticos. Dentro de este tipo tenemos estos árboles que producen frutos de estructura variada por así llamarlo, uno de los ejemplos que podemos citar son los hesperidios, como son la naranja, limones, peras, melones, mandarinas etc. Después están las higueras, que produce sus frutos pero del tipo sicono, que nosotros lo conocemos vulgarmente como el higo.

Si nosotros quisiéramos cultivar algunos de estos tipos de plantas frutales tendríamos que considerar una serie de pautas a seguir para que el árbol crezca de la mejor manera y no se seque en poco tiempo por malos cuidados. La técnica que se usa para plantar es importante también ya que gracias a esto la planta puede tener un crecimiento óptimo.