Control de enfermedades de plantas
En este articulo en particular hablaremos del control de enfermedades de plantas, como combatirlas, técnicas y métodos sencillos, los productos que se usan para erradicarlas y sus principales características. Uno de los métodos curativos más utilizado para el control de enfermedades de plantas, es el uso de productos químicos como los insecticidas (para combatir los insectos), los acaricidas (combaten los ácaros, araña roja, amarilla, eriófodos), los fungicidas (combaten contra enfermedades causadas por hongos), los nematicidas (luchan contra los nematodos, que son gusanos microscópicos que habitan en el suelo y se alimentan de las raíces), los desinfectantes de suelo (matan bacterias, insectos, hongos y nematodos que habitan en el suelo), los rodenticidas (combaten contra los roedores) y por último los topicidas (contra topos y topillos).
Para un efectivo control de enfermedades de plantas, debemos prestar atención a estos dos pasos. Lo primero que debemos hacer es identificar la enfermedad o plaga que esta afectando a nuestras plantas, lo segundo que tenemos que hacer es observar si es aconsejable tratar o no. Nuestro objetivo no tiene que ser eliminar por completo a los individuos, sino mantener la plaga dentro de los límites que se aceptan.
Un jardín o una huerta no debemos no es un laboratorio aséptico, en ellos siempre existirán insectos y hongos que se alimentarán de nuestras plantas, ya que es natural y deseable. Sería raro que esto no sucediera, tendríamos una especie de vacío biológico. Lo que debemos evitar es que la plaga sobrepase un nivel desde el cual provoque daños de gravedad. Es la clave poder determinar ese nivel óptimo para tratar, si no llega a ese nivel no tiene importancia gastar productos. La mayoría de la gente usa plaguicidas como último recurso para lograr salvar las plantas o la cosecha en casos de infección o infestación grave. Pero algunas veces necesitamos de ellos para un buen control de enfermedades de plantas, y combatir por ejemplo, la Mariposa del Geranio, que tiene una gran incidencia, o llegado el caso en climas muy húmedos, en primavera, para el Mildiu de la patata, que debemos aplicar fungicidas, sino lo mataría con seguridad.
Productos para el control de enfermedades de plantas
No es aconsejable el uso indiscriminado de productos químicos en el huerto familiar para el control de enfermedades de plantas, menos si no se cuenta con la suficiente experiencia y conocimientos en su uso. Es necesario respetar el conocido “plazo de seguridad”, que viene indicado en la etiqueta y este nos cuenta acerca de los días que deben transcurrir desde que se aplica el producto hasta que se puede ingerir la hortaliza o fruto. Tenemos que elegir el producto más indicado, utilizar la dosis correcta y el momento de su aplicación, sino puede ser ineficaz su utilización, debemos seguir las instrucciones de la etiqueta.
En el caso que utilicemos acaricidas, no debemos emplearlos siempre debido a que perderá su eficacia al aparecer cepas resistentes a él. Para el control de enfermedades de plantas, también contamos con productos ecológicos (insecticidas y fungicidas), que estos son los únicos que existían hasta 1940 y en la actualidad se utilizan en agricultura ecológica. A continuación nombraremos los insecticidas ecológicos más significativos: el jabón de potasa, los aceites minerales (extraídos de la Azadiracta indica), la Rotenona (extraída de las raíces de Derris y otras leguminosas, se utiliza para trips, gorgojos, ácaros, orugas, psila, hormigas, etc.), preparados a base de plantas y esencias vegetales (purín de ajenjo, de ortigas, etc) y por último el insecticida biológico llamado Bacillus thuringiensis (esta es una bacteria, que mata distintas especies de orugas de mariposas).
Los fungicidas ecológicos también son utilizados para el control de enfermedades de plantas. Algunos de ellos son el Azufre: utilizado para prevenir y curar el hongo Oídio y otros de desarrollo externo, y también mata ácaros, y el Cobre: empleado en forma de Sulfato o de Oxicloruro de Cobre. Es de uso preventivo, contra Mildiu y Botritis. El uso de feromonas, también sirve como método para el control de enfermedades de plantas. Estas son sustancias químicas oloríficas liberadas por los insectos que producen una respuesta en otros individuos de su misma especie, ya sea de alarma, disuasorias, sexual (es el caso de las hembras que liberan feromonas sexuales para atraer a los machos y poder reproducirse), etc. Otro método para el control de enfermedades de plantas, es podar las plantas para un saneamiento efectivo de ellas. En este eliminamos las partes afectadas por una plaga o una enfermedad para que esta no se extienda. Luego debemos tratar el resto de la planta con el producto más adecuado para cada caso.
La lucha biológica es el método para el control de enfermedades de plantas más sencillo, las propias plagas poseen sus enemigos naturales, ya que existen insectos que son sus parásitos o depredadores.
Estos colaboradores del jardinero deben protegerse y favorecerse. Con la lucha biológica intentamos aprovechar esta circunstancia de dos formas: introducir artificialmente llegado el caso o favorecer la presencia de estos animales beneficiosos. El último método para el control de enfermedades de plantas son las trampas de insectos, que producen plagas y enfermedades. Existen múltiples tramas, a continuación nombraremos las más conocidas. El mosquero, la más conocida, es utilizado para la captura de dípteros. Posee un color amarillo en la base, que atrae visualmente y se complementa con el cebo colocado en el interior. En las trampas triangulares los insectos quedan atrapados en el adhesivo de la lámina, de esta forma pueden ser fácilmente contados, lo cual es útil para el seguimiento de las curvas de vuelo de muchos insectos. También se utilizan trampas con feromonas para la lucha contra las plagas y un control de enfermedades de plantas. Las capturas masivas es una de ellas, en la cual tiene como objetivo controlar la plaga directamente atrapando una gran cantidad de insectos machos para impedir su reproducción. También podemos saturar el aire con el uso de feromonas para que los machos se confundan y no logren reproducirse.